EL HUECO

Este blog como lo indica su nombre, es un hueco por el que trataré de filtrar información que la tiranía que ejercen los medios con su uniformidad de mensaje, no nos permiten conocer y menos aún analizar. Espero que en esta lucha no esté solo, ya que siento la obligación moral de hacerla igual. Mandame tus notas, comentarios, opinines, cualquier colaboración en esta línea es de vital importancia. Hoy como nunca los medios nos tapan la información con más información. Por ello y como dijo Rodolfo Walsh: “Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente.El Terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad”.



martes, 3 de agosto de 2010

¿QUIEN DIJO QUE MACRI NO SE OCUPA DE LOS POBRES?

El espantoso suceso acontecido hace unos meses donde un bebé de solo 25 días -en situación de calle junto a sus padres y cinco hermanos- murió de una neumonía producto del frío en su precaria vivienda de cartón bajo la autopista 25 de Mayo y que tuvo una pobre y breve repercusión en los medios de (des)información, puso alerta al gobierno del ingeniero Macri, ante una posible andanada de denuncias por abandono de persona (como sucedió en este caso).
Lo inverosímil es que los fabulosos equipos de trabajo del PRO que nos prometió en la campaña que lo llevó al gobierno de la ciudad, sólo reaccionó como era de esperar: comenzó a denunciar a personas en situación de calle por el mismo delito por el que fueron acusados. Lo hizo además a través de funcionarios de segundo orden -es inadmisible pensar que no tengan la venia de Macri- como una forma de ocultar los verdaderos hechos a la opinión pública, contando para ello con la inestimable complacencia que los grandes medios privados le ofrecen. Para ellos vale más la foto con Biolcatti en la Rural que la absurda muerte de frío de una criatura de 25 días.
Entonces, los subsecretarios en cuestión, Parada y Lozano, presentaron la ridícula denuncia -y por suerte ya fueron ellos los denunciados por el diputado Lozano, entre otros-, en un nuevo avance del niño Macri en su batalla de criminalizar la pobreza. Pasada la campaña donde se fotografiaba con una nena en el medio de un basural de la villa, con el UCEP en modo pausa por las denuncias recibidas, y con los desalojos compulsivos a la orden del día y a todo vapor, se estima que hay unas 15000 personas viviendo en las calles de la Reina del Plata. Desmembrado el aparato social de la ciudad para articular su propio aparato de espionaje y represión, con un Instituto Municipal de la Vivienda que de 500 millones de pesos de presupuesto paso a poco más de 100 -lo que solo cubre los sueldos de su personal y los gastos de administración, haciéndolo inútil-, con el vaciamiento de los hospitales públicos y el laboratorio de medicamentos genéricos de la ciudad, el desvío descarado de fondos de la órbita de la escuela pública a las arcas de los colegios privados -con 400 millones de pesos es uno de los ítems del presupuesto que más subió en el año-, Macri fue trazando su plan de acorralar a las franjas más vulnerables de la sociedad porteña.
La estocada final entonces, es convencer a la opinión pública que se trata de delincuentes salvajes y así echarlos o ponerlos presos para salvaguardar la seguridad de los “vecinos”.
Para ello cuenta con el porcentaje de “fachos” que Buenos Aires cobija desde siempre, el silencio de la cúpula de la iglesia y vastos sectores de la oposición, y a los medios hegemónicos para convencer a los indecisos.
La fórmula es sencilla y poco original en el país. Sacarles el techo, la educación, la salud, perseguirlos, negarles sus derechos como ciudadanos y los más básicos derechos humanos -si la sociedad resiste, Susana te ayuda-, y entonces empujarlos al conurbano, a sus provincias o países de origen en algunos casos, o encanarlos, o que simplemente se mueran si quieren resistir. Total según su óptica no los queremos. Son pobres. Son indeseables. Afean la ciudad. Son parias urbanos.
¿Los derechos humanos? Cosa de zurdos.
¿La doctrina cristiana? Bergoglio y su valet está más interesado en el matrimonio gay, el aborto, los preservativos, las retenciones agropecuarias o la crispación de Cristina y Néstor.
Además, la justicia argentina no es ciega sino tuerta, ya que mira para un solo lado. Y entonces puede cagarse en ella. El que pueda rosquear fuerte en una licitación de las buenas lo hace, pero eso es para ellos y es del lado del ojo malo. A los del medio nos conforma con un currito, una sombrilla en algún parque, las calles mal asfaltadas, o pasamos un semáforo en rojo, o evadimos un poquito. ¿Y los pobres? Ellos también quieren consumir. Y las opciones son pocas -y no por Macri que no les da ninguna-. O se joden como están, o se revelan y les tira la ley encima, que de ese lado los mira bien. Y van en cana o los matan en algún supuesto enfrentamiento.
Conste que no quiero justificar ninguna violencia con esto. No quiero decir que el pobre es violento. Eso lo dicen “ellos”. Solo creo que si forzás a la gente toda posibilidad de una vida digna, la cosa se pone cada vez más fea. Se rompe en pedazos el ascenso social y la cultura del trabajo, y así obviamente los resultados no serán nada buenos. Todo lo contrario. Si el estado no se hace cargo de un chico de 6 o 7 años que vive en la calle -la asignación universal es una medida grandiosa pero no alcanza si el gobierno de la ciudad no va en igual sentido con medidas complementarias-, ¿qué pretendemos? ¿Qué sea un futuro médico? ¿Qué haga que para sobrevivir? ¿Qué trabaje siendo un niño? ¿Qué futuro le ofrecemos? ¿Es muy ilógico que desprecie a la sociedad que lo despojó de todo vestigio de humanidad en su vida? ¿Vos qué crees que harías?
Es fácil. Lo mismo. Entonces no nos asustemos de pibes de 14 ó 15 años que roben o se droguen hasta destruir sus vidas o las de los que estén en su cercanía con un hecho de violencia. Mejor busquemos genuinas soluciones, sin parches. Y no de corto plazo porque no las hay.
En mi niñez recuerdo que también había gente pobre. Y eran pocos. Eran pobres porque no tenían plata. Ahora son muchos más pero con la diferencia que son pobres porque no tienen la menor posibilidad de tener plata… ni familia, ni nada.
Los treinta y pico de años -desde la maldita dictadura- que tardamos en crear al monstruo -que en realidad estaba adentro nuestro-, tenemos que darlos vuelta y emplear otros 20 o 30 años en hacerlo desaparecer. Ataquémoslo con vivienda, educación, salud y trabajo digno. Y entonces sí vamos a vivir en una sociedad en la que valga la pena formar parte.

ME CAGO EN LOS MEDIOS

Es bien sabido que los argentinos fuimos educados con poca memoria. Solo basta con ver a muchos políticos y personajes que se reciclan de sus defecciones y vuelven a la palestra. De un pueblo que le importa bastante menos de lo deseable que miles de personas fueran arrastradas a la condición de desaparecidos y luego convertidas en NN, negándole a ellos y a sus seres más queridos el mismísimo respeto por sus restos, muestra de civilización y una costumbre más que milenaria de los seres humanos y que dejamos destruir con nuestra indiferencia en pocos años.
Y así vimos pasar a los Videla, a los Massera, a los Martínez de Hoz, a los Alsogaray. Y hoy seguimos viendo pasar a los Macri, los Duhalde, los Menem, los Manzano, los Bullrich, los Biolcatti, los Von Wernich, y muchos otros.

Con los medios de comunicación nos pasa lo mismo. Si yo, o usted fuéramos acusados de apropiarnos del hijo de un vecino, el barrio entero nos señalaría con el dedo y nos condenaría socialmente. Y tendríamos que alejarnos del barrio.
Pero Clarín compramos igual. ¿Qué nos importa lo que supuestamente hizo la dueña? Tiene guita, poder, si los pibes son de ella o no, no importa. Si están bárbaro con ella. Y no exigimos más. ¿Y si se demuestra que fueron apropiados? ¿La señalamos con el dedo? ¿Nos olvidamos como el auto de Susana? ¿O los festejos de Mirtha a los dictadores? ¿O ella sí puede? ¿Le vamos a seguir creyendo lo que nos vende en el diario, la radio, la televisión, en Internet, en las revistas? ¿Tan idiotas somos? ¿Tan deshumanizados estamos? ¿No éramos “derechos y humanos”?
Pero no me quiero distraer del tema. Veamos como nos informan los medios. Solo unos pocos casos.
Recuerden a la “guerrilla” que el bueno de Addad nos inventó en Entre Ríos. Nos mostraba como pensaban, como entrenaban para subvertir el orden constitucional. Pero se descubrió que era mentira. Hasta le aplicaron una multa por ello. Y ahí quedó la cosa. Seguimos escuchando día a día sus noticieros en el canal 9 y en Radio 10. ¿Se le puede creer algo a un tipo que inventó una noticia? Yo, humildemente, creo que no. Pero se lo sigue escuchando, se le hacen reportajes, es generador de opinión. De locos, ¿no?
Otros, como TN, C5N y varios más nos ajustan la información para que coincida con los intereses de ellos y de la gente a la que le brindar servicios. ¿Si no es así por qué cualquier marcha, protesta o corte de ruta se informa como “caos de transito”, “anarquía”, “desgobierno” o términos similares que esconden el verdadero motivo de la protesta (y su justicia) , mientras que el lockout patronal del campo era “el pueblo salió a la calle”, “justos reclamos” o “piden un cambio para que los dejen producir para el bien del país”? ¿Por qué si Cristina, Néstor Kirchner o cualquier funcionario oficialista defienden las ideas por lo que la gente los votó están se habla de “crispación”, y si Biolcatti los agrede con los más descarnados epítetos “hace un llamado al diálogo”, o si Carrió los compara con Hitler o De Angeli los insulta “hablan por un pueblo cansado de la opresión”? ¿Por qué si 6,7,8 defiende al gobierno es “oficialista” y TN llena la pantalla de mentiras y profecías ridículas y es “independiente”? ¿Por qué si a Nelson Castro no le renuevan el contrato cobrando una jugosa suma por ello se habla de “censura a la prensa independiente” y De Narváez censura al aire cortando el editorial del programa de y lo hecha de todos sus trabajos en el multimedios del que es socio y no se dice ni jota? ¿O del periodista que acompañaba a Grondona en su programa y defendió lo actuado en los juicios por apropiación de bebés en la dictadura y también se tuvo que ir sin repercusión alguna?
Si de Macri y las escuchas se trata todos los jueces actuantes están bajo el dominio demoníaco de Kirchner, pero si la denuncia es al oficialismo en carne de alguno de sus funcionarios ponen en duda hasta le fecha del cumpleaños. ¿Y los jueces que, fuera de jurisdicción (algo básico en cualquier causa judicial) congelaron la aplicación de la Ley de Medios que el Congreso había aprobado y el Ejecutivo sancionado?
Recuerden también el caso de Capristo, el asesinato de Valentín Alsina. La necesidad de invocar inseguridad y descontento hasta el hartazgo, hizo que al hacerse presente el fiscal de la causa tal como lo marca la ley, el periodismo y algunos infiltrados calentaran el ambiente hasta que el fiscal fue agredido brutalmente. ¿Eso no es violencia? ¿No es inseguridad? ¿Paso algo? No, gracias.
O la famosa interferencia de TN que durante cuatro días Clarín publicó en tapa culpando al Gobierno. Cuando salió a la luz que solo era producto de un problema de la empresa estadounidense que le brindas servicios de satélite a Clarín (problema originado en Centroamérica), el gran diario ni siquiera lo publicó. ¿Y la libertad de información? ¿Cuáles son las obligaciones de los medios al dar una noticia? ¿Tiene derecho a esconderlas? ¿A engañarnos? No deberían, ¿no?
¿O cuando hablaban de crisis energética mostrando a Lapeña, a Araoz, a Dromi? Todos los tipos que habían regalado a precio vil los bienes del estado y que no pusieron ni una bombita en sus administraciones sin que los medios dijeran nada al respecto eran ahora los que nos decían que todo estaba mal, a pesar de que este gobierno nos devolvió la energía nuclear, siguió con Yaciretá, hizo gasoductos, centrales energéticas. Y siguen haciendo y los siguen criticando. ¿Con qué vara se mide esto? ¿Con la de los “periodistas independientes”? ¿En serio podemos creer en esa “independencia”? Perdonen, pero yo no.
Ni hablar de otra de sus especialidades: inventar candidatos. Lo hicieron con Pinky, con Meijide, con Reutemann (si no fuera por él mismo hubiera llegado lejos, pero el Lole acostumbra abandonar desde que era corredor), con De la Rúa, y hace poco con… Gabriela Michetti.
¿Alguien me puede nombrar una propuesta seria de Michetti? ¿Alguna militancia que se precie, previa a la elección de Vice de Macri? ¿Saben que siendo Vicejefa de Gobierno nunca pisó la Legislatura a pesar de ser su presidente? ¿Se le oyó algún concepto innovador?
La hicieron popular por las mismas idioteces que compra una sociedad enamorada de los culos de Tinelli, las burradas de Susana, o las animaladas de Mirtha. Le inyectaron la formula del glamour para una clase media porteña que quiere ser rubiecita y pertenecer, aunque más no sea ojeando la revista Caras. Y Michetti da más o menos linda, más o menos simpática, más o menos buena pilcha, más o menos pinta de buena mina, con el grotesco de ser más “testimonial” que cualquier candidato K. Y si de testimonial hablamos, para los medios está mal lo que hizo Scioli, pero no que lo hiciera Michetti, que se fue al año de ser elegida Vice directo al Congreso a poner su simpatía vacía de contenido e ideas.
Y si Biolcati pone una tranquera para cerrar dos caminos públicos que molestan a la integridad de sus miles de hectáreas en Carlos Casares, no importa. Hasta le festejan los chistes y las brabuconadas. Total, solo sale en Página 12 que lo leen solo los zurditos.
Y así nos muestran a la Rural reunida con Duhalde, Carrió, Macri, Morales, Aguad, Stolbizer, Bullrich, Solá, De Narváez, y el resto, que bajo la conducción del “independiente” Morales Solá, nos da las pautas para salvarnos de los feos, sucios y malos del kirchnerismo.
Y sientan a la Bullrich a hablar de los jubilados y el 82% móvil. Pero nadie le recuerda que ella como Ministro de Trabajo en 2000, con Morales de coequiper, le rebajó el 13% a jubilados y estatales. La perdonamos, entonces. Bah, ellos la perdonan y como nuestra memoria es corta, como diría Tato, good show.
Y si no nos pueden mentir más porque los tarados nos daríamos cuenta, nos ocultan la información con cantidades infinitas de información estúpida. Tapan la información con información. Brillante ¿no? Y nosotros, dormimos la siesta.
Por eso y mucho más (no me alcanzaría la vida y la Internet para escribir) la realidad de los medios no es la realidad. Ni siquiera como dicen algunos “su” realidad. Ni siquiera como dice Cristina Kirchner “realidad virtual”. Es simple, lisa y llanamente una gran, estudiada y favorable mentira.
Es la simple facilidad que les otorga el dinero y el poder, de tener el monopolio de la información. Y no solo la información. Nos dicen que pensar, comer, hacer, vestir y consumir. La sencilla facilidad de generar opinión en una sociedad desinformada y desinteresada, proclive al individualismo que ellos mismos nos inculcaron. A la mierda con eso de que la unión hace la fuerza. No les gusta la idea. No les conviene.
Somos como envases recargables que llenan por nuestros oídos y ojos a un cerebro a la medida de las necesidades de la semana. Basta con ver la última mentira que encontraron: los zócalos. Sí, los zócalos, esos cartelitos tan simpáticos que tiene abajo las pantallas de TN, C5N, 26, Crónica, y todo el resto, a imagen y semejanza del diseño de Internet. Ideas concisas, fáciles de recordar, con palabras que se repiten una y otra vez y que los vemos muchas veces sin oír lo que dicen mientras las ponen ahí abajo: en el consultorio, la oficina, el bar, el restaurante, el gimnasio, el banco, las vidrieras, casi en cualquier parte donde están esos simpáticos televisores sin sonido que por costumbre y hastío leemos. Y a través de ellos nos mienten. Y si lo que ponen está mal o no es verdad ni nos enteramos… pero lo fijamos a nuestra mente como los zombies de las películas clase B de terror. Y si se les va la mano y hay quilombo nos dicen que fue un error de un operador. Y a olvidar rápido que viene otro cartelito. Y ellos haciendo guita y ajustando nuestras mentes y conciencias al canal de sus intereses. Y nosotros seguimos durmiendo.
¿No les parece ya hora de despertar?

lunes, 2 de agosto de 2010

Los socios del silencio

El multiuso Morales Sola, la despampanante Elisa Carrio, el presidente por día Adolfo Rodríguez Saa, el PRO Federico Pinedo, Margarita Stolbizer, y los ex aliancistas Gerardo Morales y Oscar "Paco"Aguad, la "piba" Bullrich y el payasesco "Rey de la Soja" de Salta, todos en una imagen de una oposición arrodillada al servicio de la más antigua y oligárquica corporación de la Argentina: la Sociedad Rural.

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Para que no sea así esta nota tiene más de mil palabras. En realidad, son exactamente 1226. Para abrir las cabezas que aún dudan de estos tipos/as. Para que no nos sorprendan otra vez. Para que nos de risa si vuelven a juntarse. Para que si se juntan de nuevo sea en carnaval.
Porque ver esta foto aún me causa varias sensaciones encadenadas.
Primero fue asco.
Asco por ver una imagen de oportunistas que no dudan en juntarse para el único objeto de su propio beneficio sin importarles un pito el de la mayoría de sus compatriotas, su gente, sus vecinos… Pero el asco es una sensación momentánea, pasajera, pariente de la sorpresa.
Luego trocó en bronca.
Una bronca vieja, guardada de mis años jóvenes de ideales, de militancia y que, por suerte, aún sigue saliendo de vez en cuando. Y entonces me vuelven a la mente los años que batallamos (y aún lo hacemos) con personas como estas. Bronca porque se apropiaron de las herramientas del pueblo, de ese pueblo que tanto detestan y discriminan, solo para llenarse m{as los bolsillos. Se apropiaron del corte de ruta y hasta del lenguaje. Se animan a hablar del “pueblo”, de los “necesitados”, de los “humildes”…
Y al final de esta bronca, viene el desanimo.
Un desanimo hondo, pesado, increíble… Y digo esto último porque no puedo creer que haya en la Argentina gente tan infantil como para creer una sola sílaba a esta gente, para concederles siquiera una pizca de razón. No hablo de las elites que están en la misma que ellos y son aliados de necesidades y conveniencias. Hablo de la maldita Doña Rosa, esa mujer con bata y ruleros que tan bien recreó el HDP de Neustadt. Hablo del maldito tachero que escucha como un imbécil Radio 10 y fue tan pelotudo como para creer que Macri le iba resolver los problemas. Hablo del cartonero más pelotudo aún porque creyó que la ciudad era Boca y también lo voto a Macri. Hablo de ese complejo de mierda que tenemos en especial los porteños de querer parecernos a nuestra elite, a no ser grasas, ni negros, ni villeros, ni nada que enturbie nuestro origen europeo. Hablo de ese 30% de fachos que aún queda en nuestra sociedad y que, en su mayoría, está compuesto de gente a la que estos tipos de la foto no dudarían en eliminar si se atravesaran en algún momento entre ellos y su guita o sus intereses, o su poder. Son fachos por ignorancia y no por verdadera elección. Son los que se identifican con los Tinelli, las Susanas o las Mirthas. ¿O acaso no tenemos todos una madre, padre, tía o vecina que no se encuadre en esta descripción? Son parte de nosotros y ya están perdidos en este aspecto. Por eso esta nota se dirige más a los jóvenes, a los que están empezando a inquietarse por los problemas de su país, de su gente, de ellos mismos. Para que sepan quienes son… para que no se vuelvan a sorprender tantas veces como nostros…
Porque si repasamos un poco de la historia de este singular país donde vivimos, vamos a ver enseguida que campo en la Argentina significa terrateniente. El poder siempre fue de ellos y fueron pocos los gobiernos que se atrevieron a desafiarlos. Y este fue uno de esos pocos. No me interesa entrar en el análisis de quienes nunca están satisfechos y empujan la vara un poco más a la izquierda para que nunca lleguemos a satisfacernos, para pedir utopías de imposible confección. La política es ideología, pero también es negociación, fuerza,  y ejercicio del poder transitorio que el pueblo delega a sus gobernantes.
Y como todo poderoso el campo necesita “socios”. Y en la Argentina siempre el mejor para estos menesteres fue la santa madre Iglesia. Una iglesia que en nuestro país siempre fue para los ricos sirviéndose de los pobres. Una iglesia vertical y autoritaria que no admite disensos y que no duda en reprimir a sus creyentes y a sus propios miembros si es necesario a sus oscuros fines. Que prefiere que mueran de sida a que se ciuden del flagelo de la enfermedad. Que prefiere (y prefirió siempre) la limosna a los derechos sociales.
Y los terratenientes del campo se dieron cuenta que cada tanto una poblada les complicaba un poquito las cosas. Y no alcanzaba con los curas para apaciguarlos. Y así necesitaron de forros que por monedas y aceptación social los defendieran de lo indefendible. Y apareció el ejército. Un ejército que pasó de liberador a opresor en un santiamén. Y que tan bien retratado quedó en su papel de forros en el final de esa obra maravillosa de Osvaldo Bayer que es "La Patagonia Rebelde".
Pero los laburantes siguieron jodiendo con querer cosas tan disparatadas como querer elegir a sus gobiernos, querer vivir dignamente, querer libertad. Y la cosa se ponía más difícil, ya no alcanzaba con los curas porque cada vez tenían menos credibilidad. Los milicos tampoco alcanzaban porque ¿si matamos a todos, a quién vamos a explotar?
Y así, cuando los políticos dejaron de pertenecer exclusivamente de “su” clase, cuando el fraude se tornó imposible, aparecieron los tipos como Balbín, Guido, Alsogaray, Alemann, Luder, Menem, De la Rúa, y siguen las firmas…
Ellos pasaron a ser sus gerentes. Esos gerentes tan necesarios en cualquier empresa capitalista que se precie. Esos que están para mantener la disciplina, el “orden”. Y si seguíamos jodiendo o si algún gobernante amenazaba con tratar de pelear un poquito por nosotros, llamaban a los forros y junto a los gerentes y los socios nos pegaban, nos torturaban, nos mataban, o nos desaparecían y todo volvía a ser lindo para ellos. Y doña Rosa contenta porque a ella no la jodían porque “no andaba en nada”
Porque es así. Porque los Biolcatti, los Martínez de Hoz, los Alsogaray, los Blaquier, los Alchourón, la Rural, CARBAP, la CRA, simpatizaron y colaboraron activamente con todas las dictaduras de la Argentina.
Porque era (y es aún) la única forma de mantener sus privilegios porque el campo perdió su esplendor social hace mucho en manos del progreso y la educación. El progreso hacía imposibles su rentabilidad y su autoritarismo. El progreso y la educación igualan, mejoran, cultivan a la gente de una manera en que jamás ellos lo hicieron. La supremacía del campo es imposible al lado de la ciencia, la industria, el desarrollo de los servicios. A lo sumo puede ser complementaria de estos últimos. Un país basado en terratenientes es indiscutidamente un país atrasado y sumamente pobre. Ellos en realidad son la barbarie que tanto dicen odiar. Significan el atraso, la pobreza de las mayorías para el mantenimiento de las rentas de las elites, la ignorancia, la intolerancia, la negación del ascenso social para la permanencia de un statu quo regido por su capricho.
Y lo más gracioso es que se dicen “la patria”. Un concepto en el que solo incluyen (obvio que ellos la lideran) a sus socios, a los forros, y a los boludos de abajo que aceptan sus consignas sin chistar.
Justo ellos son la patria, que nunca pagaron impuestos, ni cargas sociales, ni dan beneficios a sus trabajadores. Y lo hicieron (y hacen) porque el estado no es para ellos porque ellos son la patria y la patria no tiene que aceptar órdenes de nadie. Y por eso a ellos no les cabe la ley que si les cabe al resto. Porque no se subordinan a la ley, ni a la justicia, ni al gobierno, ya que consideran que están por encima de todo esto. Ellos tienen su propia ley: tradición, familia y propiedad.
Nadie puede dudar que los sueldos que pagan a sus jornaleros son los más bajos de todas las actividades económicas de la Argentina. El nivel de informalidad basado en el trabajo en negro es del 60 al 90% dependiendo de la provincia de que se hable. La evasión impositiva ronda también en el 50/60% (cuando no más) siendo por lejos quienes más evaden. Por la complicidad de los gobiernos provinciales Biolcatti (por dar un ejemplo) paga menos de impuesto inmobiliario por una hectárea de la zona núcleo (la más rica del país) que yo por mi departamento de 80m2. En su tan amado campo es común que la escolaridad sea pobre, la cantidad de accidentes laborales alta por falta de medidas de seguridad, y son habituales los malos tratos y el trabajo infantil.
Por eso no me puedo explicar que alguien les crea nada. Por eso me da bronca. Por eso siento asco de esta imagen. Por eso escribí esto. Para que alguna vez no se tenga que volver a escribir.