EL HUECO

Este blog como lo indica su nombre, es un hueco por el que trataré de filtrar información que la tiranía que ejercen los medios con su uniformidad de mensaje, no nos permiten conocer y menos aún analizar. Espero que en esta lucha no esté solo, ya que siento la obligación moral de hacerla igual. Mandame tus notas, comentarios, opinines, cualquier colaboración en esta línea es de vital importancia. Hoy como nunca los medios nos tapan la información con más información. Por ello y como dijo Rodolfo Walsh: “Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente.El Terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad”.



martes, 3 de agosto de 2010

¿QUIEN DIJO QUE MACRI NO SE OCUPA DE LOS POBRES?

El espantoso suceso acontecido hace unos meses donde un bebé de solo 25 días -en situación de calle junto a sus padres y cinco hermanos- murió de una neumonía producto del frío en su precaria vivienda de cartón bajo la autopista 25 de Mayo y que tuvo una pobre y breve repercusión en los medios de (des)información, puso alerta al gobierno del ingeniero Macri, ante una posible andanada de denuncias por abandono de persona (como sucedió en este caso).
Lo inverosímil es que los fabulosos equipos de trabajo del PRO que nos prometió en la campaña que lo llevó al gobierno de la ciudad, sólo reaccionó como era de esperar: comenzó a denunciar a personas en situación de calle por el mismo delito por el que fueron acusados. Lo hizo además a través de funcionarios de segundo orden -es inadmisible pensar que no tengan la venia de Macri- como una forma de ocultar los verdaderos hechos a la opinión pública, contando para ello con la inestimable complacencia que los grandes medios privados le ofrecen. Para ellos vale más la foto con Biolcatti en la Rural que la absurda muerte de frío de una criatura de 25 días.
Entonces, los subsecretarios en cuestión, Parada y Lozano, presentaron la ridícula denuncia -y por suerte ya fueron ellos los denunciados por el diputado Lozano, entre otros-, en un nuevo avance del niño Macri en su batalla de criminalizar la pobreza. Pasada la campaña donde se fotografiaba con una nena en el medio de un basural de la villa, con el UCEP en modo pausa por las denuncias recibidas, y con los desalojos compulsivos a la orden del día y a todo vapor, se estima que hay unas 15000 personas viviendo en las calles de la Reina del Plata. Desmembrado el aparato social de la ciudad para articular su propio aparato de espionaje y represión, con un Instituto Municipal de la Vivienda que de 500 millones de pesos de presupuesto paso a poco más de 100 -lo que solo cubre los sueldos de su personal y los gastos de administración, haciéndolo inútil-, con el vaciamiento de los hospitales públicos y el laboratorio de medicamentos genéricos de la ciudad, el desvío descarado de fondos de la órbita de la escuela pública a las arcas de los colegios privados -con 400 millones de pesos es uno de los ítems del presupuesto que más subió en el año-, Macri fue trazando su plan de acorralar a las franjas más vulnerables de la sociedad porteña.
La estocada final entonces, es convencer a la opinión pública que se trata de delincuentes salvajes y así echarlos o ponerlos presos para salvaguardar la seguridad de los “vecinos”.
Para ello cuenta con el porcentaje de “fachos” que Buenos Aires cobija desde siempre, el silencio de la cúpula de la iglesia y vastos sectores de la oposición, y a los medios hegemónicos para convencer a los indecisos.
La fórmula es sencilla y poco original en el país. Sacarles el techo, la educación, la salud, perseguirlos, negarles sus derechos como ciudadanos y los más básicos derechos humanos -si la sociedad resiste, Susana te ayuda-, y entonces empujarlos al conurbano, a sus provincias o países de origen en algunos casos, o encanarlos, o que simplemente se mueran si quieren resistir. Total según su óptica no los queremos. Son pobres. Son indeseables. Afean la ciudad. Son parias urbanos.
¿Los derechos humanos? Cosa de zurdos.
¿La doctrina cristiana? Bergoglio y su valet está más interesado en el matrimonio gay, el aborto, los preservativos, las retenciones agropecuarias o la crispación de Cristina y Néstor.
Además, la justicia argentina no es ciega sino tuerta, ya que mira para un solo lado. Y entonces puede cagarse en ella. El que pueda rosquear fuerte en una licitación de las buenas lo hace, pero eso es para ellos y es del lado del ojo malo. A los del medio nos conforma con un currito, una sombrilla en algún parque, las calles mal asfaltadas, o pasamos un semáforo en rojo, o evadimos un poquito. ¿Y los pobres? Ellos también quieren consumir. Y las opciones son pocas -y no por Macri que no les da ninguna-. O se joden como están, o se revelan y les tira la ley encima, que de ese lado los mira bien. Y van en cana o los matan en algún supuesto enfrentamiento.
Conste que no quiero justificar ninguna violencia con esto. No quiero decir que el pobre es violento. Eso lo dicen “ellos”. Solo creo que si forzás a la gente toda posibilidad de una vida digna, la cosa se pone cada vez más fea. Se rompe en pedazos el ascenso social y la cultura del trabajo, y así obviamente los resultados no serán nada buenos. Todo lo contrario. Si el estado no se hace cargo de un chico de 6 o 7 años que vive en la calle -la asignación universal es una medida grandiosa pero no alcanza si el gobierno de la ciudad no va en igual sentido con medidas complementarias-, ¿qué pretendemos? ¿Qué sea un futuro médico? ¿Qué haga que para sobrevivir? ¿Qué trabaje siendo un niño? ¿Qué futuro le ofrecemos? ¿Es muy ilógico que desprecie a la sociedad que lo despojó de todo vestigio de humanidad en su vida? ¿Vos qué crees que harías?
Es fácil. Lo mismo. Entonces no nos asustemos de pibes de 14 ó 15 años que roben o se droguen hasta destruir sus vidas o las de los que estén en su cercanía con un hecho de violencia. Mejor busquemos genuinas soluciones, sin parches. Y no de corto plazo porque no las hay.
En mi niñez recuerdo que también había gente pobre. Y eran pocos. Eran pobres porque no tenían plata. Ahora son muchos más pero con la diferencia que son pobres porque no tienen la menor posibilidad de tener plata… ni familia, ni nada.
Los treinta y pico de años -desde la maldita dictadura- que tardamos en crear al monstruo -que en realidad estaba adentro nuestro-, tenemos que darlos vuelta y emplear otros 20 o 30 años en hacerlo desaparecer. Ataquémoslo con vivienda, educación, salud y trabajo digno. Y entonces sí vamos a vivir en una sociedad en la que valga la pena formar parte.

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