EL HUECO

Este blog como lo indica su nombre, es un hueco por el que trataré de filtrar información que la tiranía que ejercen los medios con su uniformidad de mensaje, no nos permiten conocer y menos aún analizar. Espero que en esta lucha no esté solo, ya que siento la obligación moral de hacerla igual. Mandame tus notas, comentarios, opinines, cualquier colaboración en esta línea es de vital importancia. Hoy como nunca los medios nos tapan la información con más información. Por ello y como dijo Rodolfo Walsh: “Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente.El Terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad”.



sábado, 1 de mayo de 2010

De Comodoro Rivadavia, el país y la bronca.

Ayer leía una página que recordaba a Tato Bores, donde me entretuve con un monólogo en donde decía: “Un periodista me regaló un preservativo con un cartelito que decía: Para la calentura use esto y para el cuarto oscuro use la neurona. No haga al revés”. Esto me motivó a pensar en escribir algo gracioso sobre la actualidad política a la manera de Tato. Después prendí la televisión y vi un informe en América TV -el canal del que es accionista De Narváez de forma completamente ilegal de acuerdo a su investidura de diputado- sobre delitos en el conurbano, donde pasaban a Tinelli y a Susana pidiendo la pena de muerte, lo cual motivó que de inmediato buscara otro canal. Mayor fue mi furia al ver un informativo que daba cuenta de las tropelías del señor Souto, de la agencia “La Ese”, donde con gente contratada con dudosas promesas y totalmente “en negro”, falseaba encuestas de opinión y foros de internet, además de saturar con telemarketers los teléfonos de las radios, con la simple finalidad de generar una única voz en los medios: la de sus “jefes”, el grupo “Clarín.
Y ahí pensé que lo que iba a escribir no daba para chistes, porque mucha gente cree en toda esa basura de una forma ajena a lo racional, solo motivada por las “modas”, el odio de clase, o simplemente no puede creer que los medios en los que confió su pretensión de estar informado sencillamente distorsionan la realidad, le mienten.
Hace rato que me di cuenta que vivo en un país especial, en una ciudad especial, con gente muy especial.
El país es especial porque por más que lo intentamos y lo intentamos no lo terminamos de hacer mierda nunca; aún después de 200 años de gobiernos entreguistas, gobiernos de pelotudos (que no se entere De la Rúa), gobiernos de dictadores, corruptos de todo tipo (hasta parece que San Martín cometeaba con los barcos que compró con o´Higgins para liberar a Perú), garcas de todo tipo y democracias más débiles que el equipo de River (y lo digo con conocimiento de causa porque soy de River).
La ciudad es especial porque desde sus inicios fue un puerto destinado al contrabando (y lo sigue siendo), y al que no le importaba un pito lo que le pasaba al resto del país con tal de que sus necesidades estén satisfechas (como ahora).
Y la gente… bueh, que podemos decir. Nos creemos que todo el mundo nos mira y estamos en el orto del mundo; pensamos que somos los “europeos” de América y en Europa si no vamos con buen cash nos devuelven de una patada en el traste; creemos en un montón de boludeces propias del nacionalismo más berreta que vienen de quien sabe donde (el granero del mundo, los cuatro climas, las mujeres más lindas, la avenida más larga), y no dudamos en evadir impuestos o coimear a un funcionario; éramos “derechos y humanos” mientras nos hacíamos los boludos cuando mataban a gente por miles; discriminamos a los bolivianos, paraguayos, brasileros, chilenos o peruanos y hasta a nuestros propios connacionales del interior. Somos soberbios, fanfarrones, depresivos, contreras, chamuyeros y si nos dejan hablar solucionamos hasta el conflicto árabe-israelí, pero no podemos ni solucionar los problemas de tránsito en nuestra propia ciudad. No tenemos un mango pero nos ponemos siempre del lado del que esté en la escala socioeconómica inmediata superior a la nuestra, nunca de los que están abajo y que en realidad tienen problemas y necesidades más parecidas a las nuestras. ¡¡¡Hasta compramos Caras para ver como vive Macri, Susana, Mirtha o Tinelli!!!

Con los curas aprendimos a ser intolerantes con los que piensan o viven distinto a la mayoría, con los milicos aprendimos a ser turros a niveles astronómicos a tal punto de querer la pena de muerte y permitir que las mujeres violadas no puedan abortar para “preservar la vida”, con Menem aprendimos a ser individualistas y a cagarnos en el de al lado pensando estúpidamente que vivimos solos y lo que le pasa al vecino no nos repercute en lo más mínimo, y con De la Rúa nos recibimos directamente de pelotudos.

Ahora tenemos un gobierno que si bien está lejos de ser el ideal, es el mejor de los que tuvimos en mucho tiempo.

¿Hay corrupción? Posiblemente la haya, pero no tenemos que olvidar que los políticos no bajan de un ovni y nos gobiernan. Son argentinos y la historia nos demuestra que somos un país corrupto y poco afecto a seguir las reglas. Se que muchos al leer esto van a decir “nooo, por Dios, yo no soy corrupto, que se piensa este tipo”; pero basta con salir a la calle para ver la mugre que tiramos al suelo, como coimeamos inspectores, policías, vemos como normal y hasta aprobamos que en un negocio no nos den un ticket (sabiendo que evade) y hasta a los boleteros de cine adornamos por un lugarcito mejor. Ni hablar de cómo andamos por la calle con nuestros autos o como compramos artículos que sabemos truchos o mal habidos por el simple hecho de ahorrarnos unos mangos. Y todo esto señores, acá y en Tumbuctú se llama corrupción. Y para peor, somos proclives a acusar a quien venga por el simple método de haberlo escuchado por la tele o leído de un diario, sin pensar que el señor (o señora) de la tele es el mismo que el del diario, que el de la radio o que el de internet, y se siente amenazado por un gobierno que les pone un freno a sus aspiraciones monopólicas. Pero señores, somos porteños y nuestros genes nos llevan a ponernos del lado de Clarín, del campo, de la iglesia, de los Macri, los Narváez, los Carrió, los Rodríguez Saa, los Vila, los Manzano, de la rural, de De Angeli, en fin, de todos los que representan a los que nos cagaron la vida en estos doscientos años.

¿Alguien puede negar la exitosa negociación de la deuda -lo dijo Hillary, no yo-, los juicios a los represores y sus acólitos, la reforma de la Corte Suprema, las paritarias, la incorporación de dos millones y medio de jubilados al sistema, la recuperación de los aportes que rapiñaban las AFJP y nadie decía nada, la creación de empleo, el crecimiento, la cuantiosa obra pública, los tres millones de computadoras para alumnos del secundario, el subsidio universal a la niñez -el plan más ambicioso de redistribución de los últimos 50 años, que duplica al “exitoso” plan de Lula-, la recuperación del consumo y la industria, los records de exportaciones y la coherente política exterior -también en este caso lo dijo Escudé, no yo- que con seriedad y dignidad es llevada adelante?

Pero claro, nosotros confiamos más en Ernestina Herrera (acusada de apropiación de hijos de desaparecidos y denunciada por los negociados con las AFJP que hicieron perder a los jubilados quinientos millones de dólares) o en Manzano -co-gestor de la venta del país en épocas de Menem-. Confiamos más en Macri y De Narváez -el primero “salvado” por la corte menemista por ir preso por contrabando en su estadía en Sevel; el segundo que se jactó de haber echado a 3500 trabajadores de Casa Tía, muchos con más de 25 años de antigüedad-, en Morales y en Bullrich -ambos del gobierno aliancista con incidencia directa en la baja del 13% de los ingresos de jubilados y trabajadores públicos-. Si Kirchner le grita al perro está “crispado”, pero si Carrió difama y nos anticipa un Armagedón que nunca llega la invitan a decir cualquier estupidez a todos los programas políticos de los medios concentrados. Si vemos en TN que atraparon a un ladrón, hagamos causa común con Susana y matémoslo, per si un empresario evade cientos de millones o De Angeli amenaza con estar armado hasta los dientes, nos resulta simpático (y conste que no estoy a favor de los ladrones, pero hay jueces y cárceles para eso).

Entonces sigamos así, sigamos defendiendo a un tipo que dice que para las elecciones hay que llevar a la peonada en manada y decirles a quien votar, como nos propone De Angeli o creamos en un tipo que financia a grupos que opinan en las radios e internet para torcer la realidad como Magnetto, CEO del Grupo Clarín.

¿Hay que exigirles que sean mejores? Sí, seguro. ¿Hay que oponerse ante lo que creemos injusto? Por supuesto. Pero no podemos devolver el poder a la derecha impresentable que nos dejó en cueros en el 2001. Escuchar a Duhalde me da vergüenza ajena. Que el presidente de la Rural hable de pobreza me da risa. Que los dueños de los medios concentrados de (in)comunicación nos den clases de democracia alegando una supuesta “independencia” me hace creer que hay que estar loco para comprarles un diario o darles rating en la televisión. Solo con ver la sección que en este blog enfrenta a estos personajes de la política con sus propias declaraciones –y no hablamos de declaraciones de hace 15 o 20 años- da cuenta de su deslealtad y patetismo. Y la izquierda lamentablemente sigue atada o a idealismos totalmente irreales, o a mensajes marketineros vacios de contenido (como el de Pino Solanas, totalmente funcional a la derecha), salvo honrosas excepciones donde sobresalen Sabatella, Macaluse o Raimundi.
Investiguemos, aprendamos, informémonos. No nos dejemos llevar –como dice Ramonet en ese excelente libro que es “La tiranía de la comunicación”- por “la información que tapa la información”. Analicemos cada cosa en como, por qué, para qué y quién nos lo dice. ¡PENSEMOS! Ahí si que vamos a estar mejor…

Por todo esto, me cansé y al ver esta foto en mi computadora, me llené del recuerdo de esta imagen y me fui mentalmente de vacaciones a Comodoro Rivadavia para olvidarme un poquito de la pesadumbre a que nos tiene acostumbrados hoy día Buenos Aires. Al regreso de mis vacaciones mentales les voy a contar de algunos de los temas que escribí en esta nota.

Feliz 1 de mayo para todos (los que trabajan).

ROQUE

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