En los últimos días salió a la superficie una noticia de
gran importancia para comprender quién es quién en la efervescente sociedad
argentina. Y, como era de esperar, tuvo escasa -cuando no nula- trascendencia
en los medios que se autodefinen como “independientes”.
Tres de los blogueros más prominentemente anti-K y
convocantes al último cacerolazo, conocido como 18A, visitaron el último 22 de
abril la ciudad de San Pablo, en Brasil, convocados nada más ni nada menos que
por la American Task Force, la ONG neo-liberal que representa los intereses de
los fondos buitre litigantes en Nueva York contra el Estado Argentino. Ellos
corrieron con todos los gastos de traslado -en avión, obvio- y estadía de Yamil
Santoro (fundador del ignoto Partido Liberal Libertario, hoy en las huestes de
Patricia Bullrich), Luciano Burgallo (administrador del grupo de Facebook “El
Cipayo”, uno de los más decididamente anti-K de la red) y Maximiliano Mai
(conocido por “colarse” en la Casa Rosada con una bandera que decía “2015 va
sin K #18A”), los tres activistas opositores y a quién no les pareció extraña
una invitación de un grupo financiado por, entre otros, Elliot Associates, el
fondo buitre de Paul Singer, fondo de 15.000 millones de dólares que litiga ante
el tristemente famoso juez Griessa en contra de nuestro país.
A veces, las consignas y la pose son patéticas |
Ante la trascendencia del viaje Santoro trató de
justificarse diciendo que “disculpen si consideré interesante ir a conocer San
Pablo invitado por alguien que quiere charlar conmigo”, como si hubiese ido a
Disney invitado a charlar con el Pato Donald. Lo cierto es que los buitre
querían saber “en que podían ayudar” a los blogueros caceroleros en una clara
referencia a una ayuda económica para financiar sus actividades. Siguiendo la
lógica de “a río revuelto ganancia de pescadores”, los buitres no escatiman
recursos a la hora de ir en contra de los intereses de los países que ponen en
su mira para esquilmar.
Otra vez, el hoy precandidato por Unión por Todos, trató de
dar una pátina de candidez al viaje afirmando que “no conocía quienes eran los
de ATEA” y que por ello “no tenía claro si el encuentro era para charlar sobre
un posible financiamiento o por una cooperación con organismos pro-democracia y
de defensa de los derechos humanos”.
Justamente, nada más alejado a los buitres que la democracia
y los DDHH, el cándido Santoro nos quiere hacer creer que creía que lo
invitaban a él y a sus amigos (luego de que los buitres desembolsaran por ello
unos 5.000 dólares de gastos) a una reunión para discutir el futuro de los osos
panda o el tratamiento de la basura contaminante de los parques nacionales.
Tanto Burgallo como Mai trataron de despegarse del tema
atribuyendo a Santoro la organización del viaje, tratándonos de idiotas por
creer que un conspicuo bloguero, conocedor de una internet que nos acerca a las
narices la información global, como para ni siquiera sospechar las intenciones
de la jugosa invitación.
Incluso, el creador de “El Cipayo”, trató de excusarse
alegando que “fácilmente tengo diez reuniones por semana por los cacerolazos” y
que “la idea era intercambiar opiniones y saber cómo nos veían desde afuera”.
Nada de que fueron a buscar guita ni nada por el estilo. Ni tampoco de aceptar
que sabían quiénes los habían invitado y para qué. Menos que se les ocurrió
desconfiar de una reunión convocada por quienes litigan contra su propio país.
El nivel del gorilismo no es lo que era |
Hasta inclusive justificaron en parte el reclamo de los
buitres al afirmar que “… es muy berreta hacerse el guapo con quienes defalteas
porque no hace lo que querés”, y que “es como putear a una mina a la que
invitaste a salir porque te dijo que no, si no te gustaba, no la hubieses
invitado a salir, después hay que bancársela”.
A pesar de que los tres afirmaron no haber aceptado el
convite, realmente creo tener el derecho a desconfiar de este tipo de gente. O
son muy idiotas, o muy corruptos, y el país (y su gente, entre ellos los que
arrean a los cacerolazos) les importa un pito mientras alguien rellene un poco
sus bolsillos. Mintieron antes cuando afirmaron ser ciudadanos independientes
sin intereses políticos (lo criticable es la mentira pues no me parecería mal
que dijeran que son militantes), dando un mensaje a la sociedad en línea con
los medios de que la militancia política es algo sucio y mienten también ahora.
Me rehuso a comprar el cuento que nos quieren vender de su amor por la
democracia y la república. Es como el lobo cuidando a las ovejas.
Kirchner soñó con que “florezcan mil flores” pero tenemos
que saber que también necesitamos jardineros que nos enseñen a reconocer las
malas hierbas. Así, después no nos joden el jardín.
QUIEN ES QUIEN EN ESTE ASUNTO (Hacer click en las imágenes)
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